En 2013, buscando un lugar para organizar el Festival FYJA, Patricia Elías Calles, fundadora y directora, visitó el Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec y descubrió todo el potencial del lugar.

Este espacio de 5 hectáreas, ubicado en el corazón de la Ciudad de México y dentro del pulmón más grande de la ciudad, se inauguró el 12 de octubre de 2006 como parte del Plan Maestro con el que se realizó la rehabilitación de la primera sección del Bosque de Chapultepec. Sin embargo, en 2013 se encontraba en un estado lamentable. Gracias a esta visita, nació la idea de realizar el Festival FYJA en el Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec y por medio de este revivirlo.

En enero de 2016 FYJA empezó los trabajos de rehabilitación en el Jardín Botánico. Se invitaron a paisajistas y expertos en horticultura a intervenir siete jardineras con el propósito de presentar al gobierno de la Ciudad de México, a las autoridades del Bosque de Chapultepec, al Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec y al Fideicomiso Pro Bosque Chapultepec la idea del festival y la intención de rehabilitar el Jardín Botánico a través de él.

Para la primera edición del Festival FYJA en 2017, se realizó la rehabilitación de trece espacios gracias al apoyo de diversos patrocinadores que colaboraron para lograr nuestro objetivo.

Durante la segunda edición del Festival FYJA en 2018, se rehabilitaron cuatro espacios más, además de que se cambió la paleta vegetal y se hicieron intervenciones en siete de los jardines rehabilitados durante 2016 y 2017.

En total, de 2016 a 2018, a través del festival se crearon quince jardines y se rehabilitaron las jardineras de cactáceas y agaváceas ya existentes. Además, se construyó un invernadero de manejo.

En 2019, el gobierno federal y de la Ciudad de México decidieron dar otro destino al Jardín Botánico como parte del Proyecto Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura. FYJA dio mantenimiento a los jardines rehabilitados hasta octubre de ese mismo año y en diciembre terminó su labor en el jardín.

El Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec es un espacio muy importante para cada uno de los que integramos el Festival FYJA y Plantando con Causa; para los paisajistas que diseñaron un jardín, así como para los obreros y jardineros que trabajaron con ellos; para los estudiantes que participaron en el Concurso de Estudiantes FYJA; para los académicos que compartieron su conocimiento, experiencia y amor a las plantas; para las asociaciones como la Asociación Mexicana de la Dalia, la Federación Mexicana de Jardinería y Arreglo Floral y Xochitla que enriquecieron el contenido del jardín; para los jardineros que durante 3 años se hicieron cargo del cuidado de los jardines rehabilitados y para los patrocinadores que creyeron en este proyecto y lo apoyaron para hacerlo realidad.

Este espacio se rehabilitó con mucho amor, esfuerzo y dedicación y nos quedamos con la satisfacción de haberlo podido revivir y transformar para que la gente lo disfrutara a plenitud.

En esta área rehabilitada en 2017 por Alberto Kalach y Teobaldo Eguiluz (con apoyo de Casa Dragones) se presenta una colección de agaváceas mexicanas a través de cuatro géneros y quince especies de agaves.

Después

Este jardín creado en 2017 por Tonatiuh Martínez y Hugo Sánchez de Entorno Paisaje, es una pequeña muestra de un ecosistema que se encuentra en la Ciudad de México: la Reserva del Pedregal de San Ángel. Es un ejemplo de paisajismo naturalista y sustentable, donde domina la vegetación nativa, lo que lo convierte en un jardín de bajo consumo de agua y mantenimiento. Para FYJA 2018 se decidió enriquecerlo añadiendo un tecorral (cerco de piedras apiladas sin argamasa entre sí) con vegetación representativa de la Reserva en la parte trasera, a lo largo de la reja, reduciendo el ruido de la avenida Paseo de la Reforma hacia el interior e invitando al quién pasea por la avenida a entrar al Jardín Botánico.

En 2016, Karina Schwartzman y Gabriela Vargas de Cultiva Ciudad (con apoyo de la Fundación Seres) rehabilitaron este espacio creando el Jardín comestible, en el que se utilizaron técnicas de construcción artesanales y de bioconstrucción. Para 2017, Kees Van Rooij de KVR Arquitectura de Paisaje (con apoyo de Bank of America) modifica la propuesta, reutilizando gran parte de la vegetación existente y empleando materiales reciclados en su construcción, así nace Huerta Chapultepec. La idea fue permitir una interacción que facilitara al visitante acercarse y percibir el aroma de las plantas y un espacio que requeriría de un menor trabajo de mantenimiento. El diseño incluyó una pérgola que generaría microclimas, gracias a los efectos de luz y sombra que produce. Para 2018 se integraron a la huerta nuevas especies, incluyendo equináceas cuyas semillas fueron amablemente donadas por el Parque Xochitla.

Este jardín, rehabilitado en 2016 por Mario Eduardo Schjetnan (con apoyo de la Fundación Seres), enmarcó el humedal principal del Jardín Botánico con estructuras geométricas que contenían flores de kalanchoe de diferentes colores e introdujo especies vegetales características de los humedales como el tule. Para FYJA 2018 se cambiaron los kalanchoes por otras suculentas.

Antes

Después

En las cinco jardineras de cactáceas, ya existentes en el Jardín Botánico, se logró una gran labor de rescate de las diferentes especies que ahí se encontraban, creando y logrando un diseño de texturas, colores y formas que muestra la diversidad de las cactáceas en nuestro país. Fue realizado en 2017 por la Escuela de Jardinería de Jardines de México (con apoyo de Jardines de México).

La idea de crear un jardín de chiles fue de Ignacio Garza Medina, quién lo patrocinó, mientras que su diseño y realización corrió a cargo de Diego Rodríguez de Iqunus Viveros en 2017. Con el interés de lograr que el visitante tuviera una experiencia educativa y sensorial, se sembraron los ingredientes necesarios para hacer una salsa: tomates, perejil, cilantro, cebollas y una gran variedad de chiles representativos de la diversidad que tenemos en México. Para el segundo festival en 2018, la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México (con apoyo de Sabormex) realizaron una restauración con la intención de mejorar el suelo así como el riego de los chiles a través de camas elevadas. Así mismo, se agregaron bancas para que los visitantes pudieran sentarse a disfrutar la sombra del ahuehuete y los árboles que están alrededor.

Este espacio tuvo una primera intervención en 2017 titulada Canto a la Primavera, inspirada en un poema de Nezahualcóyotl. El jardín fue creado con especies vegetales características de México y de bajo mantenimiento por Cristina M. de Argüelles, Úrsula Beick de Gómez, Esperanza G. de Hurtado, Emma A. de Blanco y Emilia O. de Luna del Comité de Enseñanza de Horticultura de la Federación Mexicana de Jardinería y Arreglo Floral, A.C. En 2018, con la intención de crear una colección de variedades silvestres de la dalia, la flor nacional de México, este espacio se convirtió en el jardín de dalias. Fernanda Rionda de Jardín Sustentable, Guadalupe Treviño de Castro de la Asociación Mexicana de la Dalia o Acocoxochitl y John Wheatley de la Royal Horticultural Society plantaron 14 de las 41 especies de dalias que existen exclusivamente en México. Algunas de estas especies son base genética de las más de 50,000 variedades de dalias que han sido generadas en el extranjero.

La primera propuesta de este jardín en 2017 fue realizada por Patricia Contreras Mañón y Max García y se tituló Vía de sanación. La idea fue lograr un espacio en el cual los visitantes pudieran tener contacto con plantas medicinales de nuestro país y hacer conciencia sobre su uso e importancia dentro de nuestra tradición curativa. Para FYJA 2018 se enriqueció la paleta vegetal original, con la intención de hacer énfasis en dar alimento y protección a polinizadores y se construyó un hotel de insectos. En esta edición Paulina Vázquez, Ana Soler y Marcos Flores eligieron la paleta vegetal, Hugo Sánchez de Entorno Paisaje rehabilitó las escaleras de piedra y se conservó el diseño arquitectónico de Max García y Patricia Contreras.

En las cinco jardineras de cactáceas, ya existentes en el Jardín Botánico, se logró una gran labor de rescate de las diferentes especies que ahí se encontraban, creando y logrando un diseño de texturas, colores y formas que muestra la diversidad de las cactáceas en nuestro país. Fue realizado en 2017 por la Escuela de Jardinería de Jardines de México (con apoyo de Jardines de México).

El diseño de este jardín, realizado en 2017 por Claudia Harari de Harari Landscape Architecture, buscó mostrar la belleza de los pastizales del norte de México y lograr una fusión con la flora del Cerro del Chapulín (Chapultepec). Para la realización del proyecto, Harari Landscape Architecture donó las estructuras de metal. En la segunda edición del festival en 2018 se buscó incorporar color a este jardín de pastizales agregando dos especies herbáceas con flor: salvia coccinea y crocosmia x crocosmiiflora.

Este espacio fue rehabilitado en dos etapas. En 2016 se rehabilitó el humedal por Diane Minter y Juan Morales de Kailua Design (con apoyo de la Fundación Seres).

La idea fue crear un espacio que atrajera a la gente y también a los pájaros y que requiriera muy poco mantenimiento. Se pensó en borrar la línea del humedal y crear algo más natural, un humedal con transición a una pradera.

Para la primera edición del festival FYJA en 2017 Fernanda Rionda de Jardín Sustentable (con el apoyo de Royal Holiday) creó esa pradera utilizando plantas nativas. Con su intervención hizo manifiesto que el futuro del paisaje en México debe orientarse a diseñar espacios públicos y privados sustentables que permitan el regreso de la naturaleza a la ciudad a través de la reintroducción de estas especies, en donde biodiversidad y vida humana convivan armónicamente.

La idea de esta intervención, de Fernanda Canales y Claudia Rodríguez en 2017, era enmarcar los árboles del lugar y construir un sitio para adentrarse en una zona poco visible. Se aprovechó el área sombreada de la parte más arbolada del Jardín Botánico y se buscó generar un microecosistema que promoviera la relación entre las personas, la instalación y la vegetación.

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Para la segunda edición de FYJA en 2018 el Refugio cambió de lugar para permitir al visitante conocer mejor el Jardín Botánico y de forma con la idea de generar nuevas alternativas de uso y contemplación.

El proyecto realizado en 2017 por Kathrin Grimm, Lorena Iturralde y María Pía Rosado de Aplenosol, fue una invitación a recorrer y explorar esta área del jardín de una manera divertida, subiendo y bajando a través de tambos reutilizados, que a su vez servían como contenedores para las plantas. Para la edición de 2018 se enriqueció la paleta vegetal y se realizó el cambio de las tapas de los tambos.

Este espacio creado en 2017 por Daniel Gómez-Bilbao de Huatan, busca representar el lugar mítico mesoamericano en el que habitaba el dios Tláloc. Para ello se realizó un jardín en el que se podrían apreciar aromas, colores, texturas y sonidos, generando un microclima idóneo para que especies vegetales y animales pudieran convivir armónicamente. Para FYJA 2018 se incorporaron al jardín nuevas especies vegetales, así como algunos elementos decorativos como troncos. Huatan patrocinó la rehabilitación y el mantenimiento de este espacio.

La idea de rehabilitar este pequeño jardín en 2016, fue crear un espacio de reflexión, contenido para una sola persona, dentro del cual el visitante pudiera sentirse apartado y desde ahí observar todo lo que sucede a su alrededor. En 2018, para la segunda edición del festival se añadieron al jardín bancas cuyas estructuras fueron pintadas por un artista del graffiti. Promotora Bartola patrocinó la rehabilitación y el mantenimiento de este espacio.

Jardín ganador del 1.º Concurso de Estudiantes FYJA.

Fue realizado en 2016 (con apoyo de la Fundación Seres) por los alumnos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México: Alexis Maya Hernández, César René Moreno Soto, Leonardo Gil Rojas Elías y María Gabriela Rojas Elías.

Más allá de una propuesta ecológica y estética, busca ser una retrospectiva y punto de meditación para la vida, donde las personas retomen el valor de la vida vegetal dentro de elementos construidos por el hombre. Se apostó por la belleza de especies vegetales del tipo suculentas debido a los pocos cuidados que requieren y porque sembradas hasta en el más mínimo contenedor le dan vida al espacio, para ser contemplado por las personas en medio de sus ajetreadas vidas.

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Jardín ganador del 2.º Concurso de Estudiantes FYJA en 2017.

El diseño del jardín pretendió crear un paisaje natural, de aspecto silvestre, utilizando en su mayoría plantas mexicanas. Al colocar en él grandes rocas, se formaron recorridos y opciones naturales para sentarse, detenerse y contemplar el paisaje. Así mismo, se crearon pequeños nichos ecosistémicos para avifauna, anfibios, reptiles e insectos de todo tipo. El diseño fue realizado por Adrián León Vázquez y Francisco Javier Sánchez González alumnos de la carerra de Arquitectura de Paisaje de la Universidad Nacional Autónoma de México. La ejecución del proyecto estuvo a cargo de Adrián León Vázquez.

Jardín ganador del 3.º Concurso de Estudiantes FYJA en 2018.

Fue realizado por Estefanía Sánchez Zúñiga, Belén Cortés Maldonado, Erlu Marem Cruz García, Berenice de la Rosa Cruz y Andrea Hernández Jaramillo, alumnos de Arquitectura de Paisaje y Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (de los campus Ciudad Universitaria y FES Zaragoza).

El diseño de este espacio surge del concepto de que somos una cultura que viene del agua. Este proyecto busca evocar las características naturales del agua: sinuosidad (forma), armonía (elementos), y flujos (recorridos), restableciendo nuestra conexión perceptual con ella. La paleta vegetal se planteó como una transición de estratos de un ecosistema y su degradación o transcurso hacia otro y con la idea de relacionar el proyecto con los jardines alternos.

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Entre los meses de marzo de 2017 y junio de 2018 se construyó y acondicionó un nuevo invernadero de manejo para el Jardín Botánico. El invernadero se ubicó en la zona donde se encuentra el área de mantenimiento del Jardín, logrando una mejor iluminación y aprovechar e integrar de mejor manera el espacio donde se encontraba el invernadero viejo, que parecía el “patio trasero” del Jardín Botánico.

El invernadero fue hecho de bambú y diseñado por Lucila Aguilar de la Lama y Jorg Stamm, fue acondicionado por Ángel Andrade Silva, curador de la colección viva del Herbario de la Asociación Mexicana de Orquideología; y la barda, también de bambú, fue diseñada y realizada por Juan Manuel de Luna.

Contar con un invernadero de manejo adecuado era importante para ayudar a mejorar el cultivo y las condiciones de las orquídeas y plantas que se exhiben en el Orquideario del Jardín Botánico así como para realizar tareas de montaje y propagación de dichas plantas.